—Papá, ¿te gustan huevos fritos?
—Sí, hijo, ¿por qué?
—El gallinero está en llamas.
😄 😄 😄
Había una vez un elefante, una jirafa y una gallina que fueron a hablar con Dios.
Entra el elefante y Dios le pregunta:
—¿Qué te pasa, hijo mío?
El elefante le dice:
—Señor, es que estoy cansado de esta trompa tan grande, todos se burlan de mí.
Dios le dice:
—Pero, hijo, debes estar agradecido, porque con ella puedes recoger mucha agua para beber.
Sale el elefante todo contento.
Entra la jirafa y Dios le pregunta:
—¿Qué te pasa, hija mía?
La jirafa le dice:
—Señor, es que estoy cansada de este cuello tan largo, todos se burlan de mí.
Dios le dice:
—Pero, hija, debes estar agradecida porque gracias a él puedes recoger los frutos de los árboles más altos para comer.
Sale la jirafa contenta.
Entra la gallina y le dice a Dios:
—¡A mí sí que no me venga con bobadas, o me agranda el trasero, o me achica el huevo!
😄 😄 😄
Un periodista que vivía en los Estados Unidos, se entera de que en el sur de Chile vivía un indio que tenía superbuena memoria. Y cómo buen gringo, decide venir a investigar el asunto.
Toma un avión, luego un tren, luego un jeep a la cordillera y por fin dos días a caballo para llegar a un poblado.
—¿Vive aquí el indio con buena memoria?
—Sí —le responden y le señalan una casa.
Entra y ve a un indio de como 90 años.
—Así que usted es quien tiene buena memoria.
—Sí, soy yo.
—¿Y me podría hacer una demostración?
—Claro, ahí está mi diario de vida. —Y le da un libro de cómo 3.000.000 de páginas.
El gringo lo agarra y le comienza a preguntar:
—¿Qué pasó el 2 de abril de 1903?
—Bueno, esa mañana amaneció nublado y yo me puse un chaleco rojo. Mi mamá estaba cociendo un pato salvaje y un vecino gritó porque se le cayó una piedra en el pie.
Y así pasaron un largo rato conversando. El indio siempre acertaba. Así que el gringo se convence y decide volver a EE. UU. a redactar un artículo.
Al despedirse, le preguntó:
—¿Qué hizo cuando cumplió 15?
—Desayuné 2 huevos.
—Cierto, cierto.
El gringo se va y escribe un libro, y se hace famoso y millonario con la historia.
Al cabo de 30 años decide visitar los huesos del indio.
Llega al pueblo y pregunta por la tumba y le dicen que el indio aún vive.
Cuando le ve, dice:
—¿Pero... pero cómo... cómo... cómo...?
—Fritos... fritos... fritos...
😄 😄 😄
—Doctor, doctor, creo que soy una gallina.
—Aja... y dígame, ¿desde cuándo tiene este problema?
—Desde que era un huevo.
😄 😄 😄
Un día estaban hablando un tomate, una cebolla y un huevo y estaban pensando qué serían cuando fueran grandes.
El tomate dijo:
—Cuando sea grande voy a ser un tomatón.
La cebolla dijo:
—Cuando sea grande voy a ser un cebollón.
Y el huevo estaba llorando, y la cebolla y el tomate le preguntan:
—¿Qué te pasó?
Dijo el huevo llorando:
—Porque de grande voy a ser un huevón.
😄 😄 😄